Vamos a obviar disimuladamente que la
ginebra Nut es un destilado elaborado con seriedad y pasión para crear un
producto con la certeza de un nivel de calidad muy por encima de la oferta de
mercado, y al mismo tiempo siendo fiel a una bebida nacida con un sello básico,
olvidado o aparcado por la mayoría; el enebro. Las habrá, siguiendo con las
ginebras, puede que vestidas mucho mejor, publicitadas con esmero y adornadas
con un marketing diseñado con un buen respaldo económico. Desde Arbenig, la
destilería que produce Nut, creemos en calidad y no en la cantidad. En la
fidelidad y la rúbrica de la historia. Pequeños y soñando sin fondos. Y por
ello estamos convencidos que los beneficios que Nut puede aportar en un futuro
inmediato son los de permanencia en un sector ultra dimensionado, donde ya se
está recortando de cara al público. De entrada y viendo el posicionamiento de
los “prescriptores”, se quedan en el estante las bonitas, las de siempre y las
baratas. Desde el punto de vista profesional y de criterio, habrá tarde o
temprano un giro a la calidad que en según qué plazas ya se ha hecho realidad.
Deberán confluir en la oferta al consumidor solo las que cumplan con un
estándar lógico de buen producto. Y gin NUT figura en esa liga con humildad.
Una liga que juegan, cierto es, una cuantas más pero que están ya en demasiadas
manos. Nut guarda una virginidad que conlleva al descubrir, a la novedad y la
credibilidad. Una ginebra, Nut, que sin tradición y con 45º puede saborearse en
solitario y tiene la bondad de realzar el clásico g&t. La “máxima” de que para
el combinado sirve cualquier gin es un gran error y un camino a la vulgaridad.
Innovar y descubrir y ofrecer al consumidor una novedad sin estridencias pero
con categoría ha de ser el sendero a vivir.
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